En el haiku no hay que buscar sentidos profundos, ni símbolos, ni metáforas. No hay que hacer interpretaciones. Los símbolos, las lecturas «entre líneas», las interpretaciones desvirtúan lo que el haiku dice. Y el haiku dice lo que dice, y nada más. A veces describe o dibuja una imagen. Otras veces evoca una sensación. Siempre es un pequeño, aparentemente insignificante, fragmento de realidad.
¿Por qué no aceptar la realidad así, tal y como se muestra?
笠にとんぼをとまらせてあるく
Kasa ni tonbo o tomarasete
aruku
Al andar, las libélulas
se van posando en mi sombrero de junco
(Taneda Santôka. Traducción de Vicente Haya).
9/2/08
Contra la interpretación
Contra la interpretación
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario